En nuestras primeras colecciones se ve claramente nuestra inclinación de la geometría: la línea recta y el círculo presentes en nuestras formas, y el cuadrado presente en el hilo que construye esas formas.  Amamos esa simplicidad, esa limpieza, esa perfección que da un círculo y una línea perfectamente construidas.

“La simplicidad es la mayor de las sofisticaciones”

Leonardo Da Vinci

En esta colección en especial jugamos con la asimetría y contraposición para dotar a las piezas de ese punto especial que no se ve a menudo. Los pendientes, siempre uno más largo que el otro; el anillo construidos a partir de hilo de diferente sección (cuadrado y redondo).

La construcción de estas piezas es relativamente sencilla, lo que no quiere decir que sea rápida.

Comenzamos por coger el hilo redondo del tamaño deseado y pasarlo por la máquina de laminar. Dicha máquina  se utiliza tanto para laminar la plata (ir haciendo una plancha cada vez más delgada) como para ir reduciendo el tamaño de un hilo o incluso cambiar su forma. Con nuestra máquina, podemos dar forma cuadrada o de media caña a nuestro hilo redondo.

Una vez conseguido nuestro hilo, lo primero que haremos será recocerlo para volver a darle maleabilidad a la plata y que se siga adaptando a la forma que queremos sin quebrarse. 

Cuando ya tenemos cortados los segmentos de hilo cuadrado que necesitamos, se vuelve a recocer la plata y volvemos a martillear los segmentos uno a uno para que estén perfectamente rectos.

En el siguiente paso preparamos todo el material para soldar los pernos de los pendientes: limpiar previamente el hilo a soldar, preparar las pinzas con los pernos, cortar los payones de plata (trozos de plata minúsculos con los que soldamos el hilo cuadrado al perno).

A partir de ahí queda (sólo) limpiar y lijar cada pieza. Con un limatón vamos poco a poco quitando las imperfecciones que el hilo pueda tener e incidiendo en las aristas. Una vez terminado le damos un poco de pulido en el bombo de pulir  para terminar esa limpieza. Somos muy de terminar las piezas con efecto rayado y más mate que brillo por lo que si del bombo nos sale demasiado brillante, le damos con un poco de hilo de acero. 

Con el anillo el proceso es similar: Una vez tenemos el hilo cuadrado perfectamente recto, medimos y cortamos un segmento de hilo redondo. Previamente recocido, le damos forma redonda con el mandril para anillos y soldamos. 

A partir de ahí el proceso es el mismo: limpiamos, lijamos, pulimos y volvemos a lijar. 

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